Prólogo
Introducción
Poemas de España. Nuevo Ciclo, 1971
Tu primer poema
Tu voz rodando
Tu segundo poema
Se alarga en el follaje
Tu tercer poema

Soy el San Juan
Tu cuarto poema
Dejó el ancho batón
Tu quinto poema
Mis dedos entreabiertos
Tu sexto poema

Me retiro al borde

Tu séptimo poema
Quo vadis?
I Ciclo Cerrado
En cualquier mostrador

II Nuevo Ciclo, Tu octavo poema
Caballos del miedo
Editorial Campos, Barcelona, España, 1973

 
   

PROLOGO

 La poesía es --lo sabemos gracias a ese gran defi­nidor que fue Antonio Machado-- «palabra esencial en el tiempo», «diálogo del hombre, de un hombre, con su tiempo», y el poema es «tiempo personalizado», «tiempo vital del poeta con su propia vibración». Es también espacio, ámbitos, ambientes, colores: «poesía es lo que dice el alma --si algo dice-- en contacto ani­mado con el mundo». Colores, vibraciones, ritmos que el poeta encuentra, vivifica, amplía. Poesía es --diría García Lorca-- tener el fuego en la mano. Y moldearlo, aunque nos abrase.

Nunca había sido la poesía tan necesaria, tan ur­gente, como lo es hoy. Antes se nos daba con mayor espontaneidad y sencillez. Los campesinos cantaban al recoger la cosecha, los pescadores al sacar las redes. Hoy las barcas grises manchan las playas con su aceite y las máquinas cosechadoras vibran sordamente en los campos. Y sin la canción --una canción que puede ser la nuestra, la de cada uno, o la de todos; que podemos acaso cantar sin palabras, en voz baja, en nuestro in­terior-- el pan no tendrá el mismo sabor de antes. Por eso cuando llega a nosotros una voz poética, voz espontánea y sencilla, pero también sabia y a veces misteriosa, debemos acogerla, abrirle nuestras puer­tas, saludarla como a un buen amigo.

La voz poética de Mireya RobIes parte de la sole­dad, pera avanza --lentamente, pausadamente, sin ti­tubeos-- hacia la comunión. Imposible, en su caso, no partir de la soledad: una soledad doble, ya que escribe su poesía en el destierro, lejos de su Cuba natal, y lo hace, además, en Estados Unidos, el país de los gran­des solitarios, en que escritores y artistas suelen vivir lejos unos de otros, sin otro contacto que no sea el correo y las publicaciones: a pesar de las magníficas comunicaciones y la proliferación de clubs y socieda­des culturales, este país sigue siendo el país de los grandes solitarios. Y sin embargo, por razones muy variadas, a él han acudido innumerables escritores de habla española, hasta el punto de que no se podrá hacer la historia de la poesía hispanoamericana y es­pañola (y tampoco de la pintura hispánica) sin tener en cuenta, en un capítulo especial, a los residentes en Estados Unidos. Mireya Robles, nacida en la provincia cubana de Oriente, se educó en La Habana, y ha segui­do educándose y trabajando --soledad, lecturas, crea­ción artística, soledad-- en San Francisco, en Miami, en Nueva York, en Albany, en Troy. Escribió sus pri­meros poemas a los trece años. Pero su primera voca­ción fue la pintura (lo mismo sucedió a Gustavo Adolfo Bécquer). La pintura: una pintura de luces brillan­tes, de líquidos colores tropicales, de intensas y mis­teriosas sombras azules a la que no le falta para ser perfecta, para expresar con exactitud la sensibilidad de la autora, más que una cosa: la profundidad tempo­ral. Para buscar el tiempo, para encontrarse cara a cara con el tiempo, Mireya Robles ha buscado --y en­contrado-- la vocación poética, la poesía misma.

Es un tiempo el suyo también hecho de sombras azules, de «fino polvo de lluvia», en cuyos rincones aparecen a veces --no vistas, adivinadas-- extraños unicornios y doncellas. Un tiempo en que las puertas de la soledad se entreabren apenas unos instantes mágicos, para volver a cerrarse después:

                sólo hablo a los que no pueden oírme
             ........ todos se acercan cuando estoy dormida

 Un tiempo en que la felicidad de los encuentros amorosos es tan fugaz como las gotas de lluvia en la ventanilla del tren o las lanzas del sol entre las nu­bes. A lo lejos desfilan los paisajes suntuosos, las es­tatuas y los cuadros ofrecidos por las ciudades euro­peas que se recortan en la sombra, enmarcados en oro o en luz dorada. La gota diáfana --la mujer, la soledad que la acompaña como una amiga de siempre y con ella se funde-- sigue brillando en el aire, rodeada de otras gotas brillantes, de otras soledades desoladas. Gotas en busca de un viento de tiempo, de un vendaval invi­sible que quizá disolverá en un ámbito infinito la sole­dad de Mireya Robles --y la mía, y la tuya, lector.

MANUEL DURÁN



INTRODUCCION

  El acceso a la totalidad es sin duda la esperanza y el riesgo de todo poema. Acceso que revela una des­centralización del poema fuera de todo lugar definido, fuera de todo tiempo determinado, como bien ha ob­servado Guillevic, quien señala la necesidad de «bus­car el lugar, de partir, de volver a equivocarse». De la misma manera, el poema está siempre originándose, comenzando, y esto concierne especialmente los tex­tos de Mireya Robles. Toda palabra, en alguna forma, se pierde de antemano, redescubriéndose eternamente, pero no donde se le esperaba, sino en otro lugar. En ese otro lugar sin límites del ser en busca de sí mis­mo, que incansablemente se interroga y vuelve a inte­rrogarse tan pronto recibe una respuesta; que cons­tantemente reconoce su lugar y no cesa de abandonar­lo; que no se siente presencia real si no es en una ausencia inmediatamente recomenzada. Un poema de Mireya Robles es la anticipación a un hecho que tiene lugar en el curso de un proceso que inmediatamente lo hace desaparecer. Este surgir aparece en el punto in­distinguible --y por lo tanto real-- de un espacio que se ilimita, de un tiempo que se escapa, de un silencio que expresa una palabra pasajera. La necesidad del poema se revela en este movimiento infinito, donde el instante fulgura para desaparecer y reaparecer fugaz­mente al adentrarnos en esa noche imprescindible a la existencia del día. Tiempo y espacio se funden in­trincadamente y por consiguiente no presentan su do­ble huella individual sino en el punto de intersección del poema:

                                   Asomaban
                                  en el silencio
                                  buques fantamas
                                  del Tiempo...

 El título de ciertos textos de Mireya Robles es muy significativo: «Tras el Tiempo, en la distancia». La búsqueda perpetua del ser que presencia el poema es su más profunda justificación, asociada, al mismo tiempo, a un proceso que no tiene otro sentido que ser sin fin: es también inconcebible alcanzar y poseer al ser que será al escribirse un poema que se cierra so­bre sí mismo. En «Misterio del Tiempo» donde conflu­yen un pasado que permanece presente y un futuro que se ofrece ya como pasado, hace que se imponga el poema, según dijo Roberto Juarroz como «una ex­plosión de ser bajo el lenguaje» (1) y es ésta la razón por la cual los textos de Mireya Robles responden a lo que decía Jacques Sojcher de la soledad, de esta so­ledad hondamente sentida por nuestro autor: «Una patria inactual donde hablar es acceso al ser y donde vivir es claridad.» (2) El destino de este vivir es ignoto y basta nombrar la marcha (“Partir / una fuga ine­xistente / Ven, vienes, vamos / voy / Te vas, te fuiste, te has ido / me voy”) para que el enigma de la vida sea en sí mismo la riqueza toda de esa vida. El hom­bre es la totalidad de su proyecto irrealizable, es lo irrealizado, lo que no resplandece sino en la esperanza de una plenitud.

   Se comprende que los poemas de Mireya Robles estén desprovistos de toda seducción exterior y fácil: ella ha renunciado a lo que pueda desviar el poema de su vocación esencial, que es la de señalar la conscien­cia de lo desconocido: «Amo lo ignoto del porvenir», decía Nietzsche. Este amor es deseo, afirmación de puntos de encuentro (no fortuitos, sino muy signifi­cativos, aunque pasajeros con los lugares de este mun­do; y uno leerá bajo esta claridad los «Poemas de Es­paña»); este amor es el diálogo infinito, como diría Blanchot, del poeta y su mundo. No hay que decir que este diálogo es de un rigor y de una sobriedad que el lenguaje mismo del poema está exento de todo ele­mento pintoresco de referencia, pero ahonda más allá de lo cotidiano y de las apariencias, en la intimidad de los seres y las cosas. Es necesario acoger la pala­bra de Mireya Robles como huellas de un lenguaje interior que irradia, como por sorpresa, a la superficie neutra de la vida.

FERNAND VERHESEN,
director del Centro Internacional de Estudios Poéticos. Bruselas, Bélgica

   1. R. Juaroz,  Poésie verticale -- Versión francesa,   F. Verhesen,  Ed. Rencontre, Lausanne, 1967, pág. 8.

   2. J. Sojcher, La démarche poétique, Ed. Recontre, Coll. "Solstice", Lausanne, 1969, pág. 86


TU PRIMER POEMA


Llego a ti
desarraigada
          ciudadana trashumante
     ...    de la piel del mundo
apagas en tu sombra-esencia
.........   el martilleo de mi herida
 he de seguir otros caminos
 he de buscarte en el ángulo exacto
 .......... de la voz del río
 he de buscarte
    ...     en el perfume sutil
............de la pradera
he de buscarte
en esa noche ajena
en que tu sombra distante
se una
a mi silencio.

Madrid



...
A  Antonio Q. del Río

Tu voz rodando
en carretes
de cante jondo
Me pliego sumisa
       en tu mirada clara
diluyo en ti
mi soledad externa
empotrada para siempre
en alguna callejuela
de Toledo
No traspasas
el recinto amurallado
         de mi piel-esencia
tus besos
         mariposas húmedas
         colgando en el aire
se me escapan del recuerdo
         tu risa alegre
me rueda entre los dedos.

Madrid

TU SEGUNDO POEMA


Me sale al paso
la risa
deteniendo el galope
de corceles en marcha
Te miro fijamente
El juego, escondido
en la esquina,
me sella los labios
Que lo diga el silencio
vigilando cada puerta
de mis cuatro caminos
Que lo diga el no sonido
de las no palabras
colgadas en paredes
de calles invisibles
Que lo diga el peso de la distancia
que se hace hija de su hija
hasta llegar a cero
Mi garganta se bate
al filo del absurdo
Te miro fijamente
El juego, escondido
en la esquina,
me sella los labios.

Madrid

 

 

.............................A  Santiago Q. de Soto

Se alarga en el follaje
la sombra-sombra larga
           pino fantasma,
           lanza aromada
El peso de tu cuerpo
           cortando los espacios
  buscan tus manos
  raíces
            de viejas ansias
  He de decirte:
  mi mano es tuya
             en el momento fugaz
  del relámpago
  Caminos rotos
              Palpitares que se hieren
              de gris de incienso
  No me retengas ya
              soy del aire
              soy el viento
              soy de un viejo amor
  quizá ya perdido
  en el Tiempo.

     




TU TERCER POEMA


Estoy lista para emprender
mis caminos de ausencia
Una palabra, quizá,
ha roto el eco
Recogeré hojas de otoño
          y guardaré secretamente
          su muerte entre mis manos
Ya me prepara
    Dios
         para la nada
seguiré el rastro inútil
...de un pronombre invisible
eterno regreso
a mis sendas estrechas
  -  donde se apagan las voces
  -  donde se olvidan los nombres.

Madrid


Soy el San Juan
de Salomé
         decapitado cien mil veces
         por el multipronombre: tú  
el mágico prodigioso
prepara el ritual
         entrega la doncella
         al unicornio           
sabor de besos
recién estrenados
en su figura idéntica
          la fiera mitológica
          se amansa en el cuerpo
          de arcos y gemidos
cuerpo tenso tenso tenso
           hasta la contracción
                   terrible                  
el mágico tira de los hilos
hurta la doncella que prestó
         (dejó sabor a yerba
             sudor fresco
                 en la cama estrecha
        dejó también, ausencia)
el mágico no sabe no sabe no sabe
y por eso
          se llevó tu nombre
                     entre los dientes.



Ceuta




TU CUARTO POEMA

Si no me vieras
        en el filo del agua
si no me vieras
        en alguna rosa
                 amarga
si no me vieras
        en el abandono
.................de raíles solitarios
podría decir
que fui sombra invisible
en España.

Córdoba

 


Dejó el ancho batón
    dejó el instrumental
extiende los brazos
....alas salidas de un mundo fantástico
el mágico prodigioso
el unicornio
la doncella
    la doncella distinta y repetida
estamos en el momento cero
....de la prehistoria
 deformes dinosaurios
 se
tragan
          los
                   discos
                             de la luna
siempre me pareció el dinosaurio
un animal doliente
    no pudo creer en milagros
    aún no existía la virgen de Fátima
aún no se habían aparecido los santos
en la tierra ni existía la esperanza
Ruge el unicornio herido
en el prodigio del mago
    Caín sin piernas
     perdida su ruta
     al este del paraíso
Salta el mago
       la danza espera
se embrutece el unicornio
......ante la doncella
 nada
 duele
 más
 que
 una
 ruta
 sin regreso.

Madrid



TU QUINTO POEMA


Fino polvo de lluvia
        lánguido camino
espero
        Cristo flaco
        del Greco
el índice que marque
        mi vereda desierta
no juzgarás siquiera
        el instinto te aparta
        hacia la indiferencia
me verás
        torcida
        como un nudo invisible
roto el hilo
        alejado
        de las frígidas leyes
en tu arco de sombras
        monte de jueces falsos
deformas
        destrozas
                  el anillo fugaz
                  de mi melancolía.

Monasterio de los Jerónimos
Lisboa




Mis dedos entreabiertos
van cortando
        los contactos
no retuve aquel
                     apretón de manos
no retuve
.................el otro abrazo
y esta sonrisa con pronombre efímero
quedó atrás en cualquier estación
................del camino
soy cántaro vacío nube sin agua rieles sin destino
soy toda esa definición trillada
soy ala al margen de todo aquello
.....que no encierra un misterio
equidistante en presencias ausentes
hago rombos de colores para ciegos
sólo hablo a los que no pueden oírme
todos se acercan cuando estoy dormida. 

Talgo
Barcelona-Madrid

 


TU SEXTO POEMA


Se alza de nuevo
mi voz
...... en el desierto
inútil el intento
de volver
desnacida
...... a la inerte simiente
carne sin hilos
aislada entre arquitecturas
......
que siempre son de otros
no basta la muerte
para aplacar el quejido
......
que me sale sin hambre
no basta la muerte
y es tardío el gesto
que pudiera romper
......
el nudo que me trajo
 andariega sin rumbo
 desando por el mundo
 en sandalias de barro.

Talgo
 Madrid-Zaragoza

 


Me retiro al borde
del primer escándalo
          o de mi memoria se aparta el eco
          de aquel otro escándalo lejano
cien pasos
         en la cáscara-esterilla
                  de la sociedad
un saludo
un usted que establece
         la temible distancia
mi verdad me separa
         de cada uno
                 del montón de otros
soy satélite flotante
miro desde lejos tres calles cuatro parques
seis esquinas dos gotas de lluvia
mi voz es tele-voz
.................mi asiento, tele-silla
ausente sin cortar presencias
saludo un rincón
que no humilla su distancia.

Barcelona
Agosto 22
Hotel Avenida Palace
habitación 350




TU SEPTIMO POEMA


Anda el labriego
         las manos pegadas
                 a la tierra
hambre de hambres
         recoge la semilla
.........hurtada al aire
  germinarán brotes
  pobres
         criaderos de huérfanos
         bocas vacías
         caminos solitarios
                   donde rompo mis sandalias
                  en silencio
no he de recoger el eco
de aquel concierto mágico
........que me arrulló en tu mirada
entre mis manos
se rompen los cristales
con fibras de mi voz
         “La verdad me hará vulnerable"
                 --me oí decir
.........." O fuerte" --te oí
pedazo a pedazo
buitres del silencio
llevan piedras de mi sangre
        a remotas cumbres
flagela el aire
             en la casa de los vientos
             en la torre de los vientos
             en lo alto de lo alto
                      mi carne adolorida
divulgas mi verdad
convertida en infamia
...........por tus miedos medievales
llega la hora mucho más difícil
que la hora de la muerte
llega la hora
          de la tercera negación de Pedro
llega la hora
en que apartas tu mirada
para no verme
        torcida
        retorcida
        en mi cruz amarga
pasa el labriego
cargando a cuestas
.................su cansancio
el dolor seco de sus manos
me une a su silencio.

Talgo
Madrid-Zarag


Quo vadis?
Dove vai?
Prende il senso unico de la vita
el que va
         a las termas de Caracala
         Via Appia
         Moisés en San Pietro in vincoli
         catacumbas de San Sebastián
paseo meteórico en el Louvre
con parada facultativa ante
          Monalisa-Gioconda
          el Sena-Seine
          y Montmartre
          los treinta y tres puentes
          y los vitrales y arbotantes
...................de Nuestra Señora
 camino hacia Monserrate
 con parada facultativa ante...
............(esto no parece español)
 Ya están contados todos los átomos
 Hay estrellas en las telas de Tiziano?
             Paz y luz:
             aquí desapareció la flecha.


Autocar Pullmantur
Roma-Pissa





......................I

...........(CICLO CERRADO)

En cualquier mostrador
estiro la mano
bandeja, vaso, cuchillo
tenedor, algo para seguir en pie
Tu índice cincela en mi cuerpo
cuatro, seis, veinticinco frustraciones
Nunca fui bastante, siempre demás
hoy no soy, ni eres.




..........................II

...........(NUEVO CICLO, TU OCTAVO POEMA)


Caballos del miedo
negros sudorosos fieros
patean en mi pecho los retoños nuevos
Recién nací para ti
que no me esperas en algún café
del viejo Madrid
Viajas en ondas de mis ecos
en sentido opuesto
Lamerás esta topografía española
buscando lanzas que borren
silenciosas y austeras, mi nombre
En tu cruzada del olvido,
habrás detenido el tiempo?
No lo siento correr, la lluvia cesa
y las hojas mascan su verde
para hacerse otoño
El misterio de tu mirada
cae vertical
en el asombro de este pueblo de pinos
--montaña hirsuta
quizá en Suiza,
donde el aire frío
rompe mi sombra.

Albany



Eres el hombre
         tu rostro asoma
         en distintas estancias del tiempo
la hora fija emprende el vuelo
devora tres comarcas vecinas
         tu rostro hundido en tres espigas de heno
mis manos han de estallar
         en cualquier
                beso
el peso de tu cuerpo
moldea cuatro estrellas en mi cuerpo
Sin cábala entre mis dedos
          los números salen a chorros, inútiles
          el número de la hora exacta
          el número del vuelo
          el número de aquella puerta
          el número de la otra
          el número de aquella bocanada
en que rugimos dolientes en un abrazo. 

New York




TU NOVENO POEMA

Quise desmantelar mi huella
sentir entre mis dientes
el polvo mustio
de algún carretón
   .     desvencijado el eje
   .     soltando las ruedas
no devoro distancias
que alcanzaran tu marcha indetenible
..........hacia el olvido
mírame un instante
detén tu huida
arranca la máscara férrea
aglutinadas esencias monstruosas
que fijaste en mis ojos
..............tu mano temblando en el aire falso
he de romper mi huella
he de olvidar tu olvido
............arcano ritual de muertes
¿Descansará mi voz torcida en el aire?
Detén la marcha
mira en mí mi mansedumbre...
.............cesarán los ecos
.............se borrarán las huellas
.............se detendrán mis pasos en el camino.

Albany


Plaza de San Marcos
        una música que no es para mí
        Love Story
ayer la robé al viento, la dije mía
...........“You like company?
            French?
            You slava?
............Greca? "
           "No... no..."
Pullmantur
             ”Uno, dos, treinta y siete.
              Están todos."
Pullover a rayas, pantalón negro (azul?)
     .....   a juego con la góndola
la noche bella
.....        en canales que van y vienen
conjuración de Eros
.....        todo invita
gondolero, gondolero
.....        la ilusión se estremece
Pullmantur
...          “Uno dos tres... todos están".
Regreso.



Asomaban
en el silencio
buques fantasmas
del Tiempo
al puerto
de flores marchitas
donde mi soledad
se hace ausencia
El aliento del aire,
ligero,
no roza, ni corta, ni llega
y en el inútil caminar sobre la arena
a veces tengo conciencia
de este montón de cosas
que llevo dentro,
 muertas.



TRAS EL TIEMPO, EN LA DISTANCIA


Se llega
al medio de la vida
en vueltas y vueltas
concéntricas
Por caminos largos
por sendas estrechas
por vías anchas
y desiertas
Gira y gira y gira
en un eterno girar
y desde lo alto,
en la torre de estrellas,
se hurga y se busca
el ombligo de la Tierra
La mirada se pierde
en corazones ausentes
y se espera y se espera
el lazarillo hecho luz,
hecho rayo,
hecho estrella
En la torre de astros,
de soles y lunas,
se busca el escape
del latido terreno
Y se siente pulsante
exorbitantemente
en el filo de los nervios,
en el cerebro,
dentro
Astilla estremecida
en las entrañas
sin ver nunca
la mano que la mueve
El cielo que busco
se me llena
de latidos de tierra
El ideal se remonta
y latiendo,
cae
Entre edificios
entre hierros
entre máquinas
el vivir
de ayer, de hoy y de mañana
se aleja y se aleja
para tocar
con los dedos del Tiempo
la orilla dorada que no alcanza,
la ola febril que no llega.



Quizá no hay nada
más triste
que el pasar lento,
de los años
cuando el tiempo
se desliza
blanco,
sin tonalidades
Quizá no hay nada
más triste
que el pasar lento
de los años
cuando el tiempo
no hace ruido
ni da alegrías
ni dolores
Quizá no hay nada más triste
que el pasar lento
de los años
cuando el tiempo
no es testigo
de lágrimas ni de temores
Quizá no hay nada
más triste
que el pasar lento
de los años
cuando el tiempo
se desliza blanco,
sin eternidades.



MISTERIO DEL TIEMPO


En los torcidos rincones
de la vida
siento un trinar
de risas desmedidas
Sombras gigantescas y deformes
me salen al paso,
y me rniran
Los pasos silenciosos
del pasado
se alejan lentamente
alzando los hombros,
juntando las manos,
cual niños temerosos
El tiempo no vivido
se agita fuertemente
en las cien mil entrañas
del alma
 Y un eco gigante
 como de un Dios
 poderoso y temible
 me retumba dentro
 Y las mil ondas sonoras
 del futuro
 serpenteantes y terribles
  me anillan
  las manos
  los brazos
  el corazón
  Y un temor helado
   me recorre toda
   y pido perdón
  sin haber pecado
  Mis manos esclavas
  se juntan lentamente
   --la cabeza baja,
   el cuerpo arrodillado—
   ­buscando al Dios
   que se pierde
   en la nada.



EXTENDIENDOME EN EL TIEMPO


Quiero dejar
en el océano humano
mi gota de ser
Una gota
que fija en el Tiempo
 ruede
de instante en instante
en un sinfín de eternidades
Una gota
que corte el espacio
y lo acorte
y lo anule
y sepa llegar
Quiero dejar
en el océano humano
mi gota de ser
que ruede
de un mañana en otro
buscando un hermano
en un tiempo lejano
que me sepa acoger.


CUANDO FLOREZCAN LOS GAJOS DEL TIEMPO


Me transporto
en mares de silencio
a océanos perdidos
de pétalos aislados, sueltos
Tratando de apresar el Universo
en la palabra
y dejarlo así,
fijo en el Tiempo
Intentos que se pierden en la noche
como caballos en fuga
galopando
sobre espinas de hielo
Gesto que surca el espacio
lánguida, lentamente
Mano  --lirio arqueado­-
que se desgaja
en un esfuerzo
blando y silencioso
por tocar la otra orilla
Donde esperen labios
a los que nadie
haya podido infundirles
el frío de la Vida
Donde esperen miradas
cuajadas de silencio
y se llenen de flores
los gajos del Tiempo.



VERONA EN USA, 1971

Que se llame la médula
Que se llame el centro de los huesos
Que se llame rincón
Que se llame espina
batida al viento
Que se llame dolor
cuando eran las cinco de la tarde
y lloraba
Que se llame arroz amargo
en la hora exacta del mediodía
cuando el pan se quedará virgen
en el almuerzo
Que se llame lágrima
cuando el camarero
trajo una copa de vino
que no pudo ser otra
que Bristol Cream
Que se llame desencanto
cuando la sequedad
de la garganta
me sacó del sueño
y la boca se me quedó
mirando al techo
Que se llame trino mañana,
que se llame recuerdo
Que se llame cauce inevitable
cuando me encaje en el pie
la huella exacta que me trazó el Tiempo.


No selles en tus labios
el sabor de tu entrega
No tomo tus palabras
con rigor de promesa
Las promesas se pierden
en remolinos de viento
El instante, quizá eterno,
queda.


No resisto
el peso
de mi brazos vacíos
No acepto, no transijo:
 me niego a la nada
 Me niego al no enorme
 Me niego al no repetido y eterno
 Sin materia de Cristo,
 sin materia de mártir,
 me niego al no
 absoluto y rotundo
 Me deshago
 en mi contorno:
 me reduzco,
 me contrahago,
 me contradigo
 en el planeta cero
 donde no existes,
 donde no brota el verso.



Quiero jugar contigo
un juego de niños
Una lágrima en tus ojos
Un corto verano
crece gigante
en el adiós
Melancolía,
Texas:
millas y millas
de nada
Un llanto
empuja mis labios
sin brotar:
cuando llora el niño
cuando el radio canturrea
música del oeste
en el ardor del mediodía
cuando mencionan el King Ranch
cuando los insectos se aglomeran
en el cristal de la ventana
Formamos una trilogía
tu lágrima, tú
¿Jugaremos un juego de niños?
Hoy nadie me dijo que lloraste.


Tu palabra
Tu distancia sin traducción
         galope de escarcha
         fuga en contornos de nieve,
         sin dolor
Añoranza
atrapada en la garganta
Ausencia
en el no rotundo
multiplicado sin voz
Queja que se escapa
         en el aliento
         en el silencio
en la mirada a medio párpado
que busca sin desafío
el contorno de tu mano
marcada en la arena.




............A Federico García Lorca

Que sea la esencia
más fuerte
que los toros ancestrales
de Lorca
Federico hermano,
en un bramido-llanto
te reclamo
Yerma, yermo:
todo lo que no es
Que sea la Esencia
ésa que predice
un rezo perdido
en un libro
sin notas marginales
Soy la Yerma
que llevaste escondida...
¿en cuál de tus bolsillos?
¿Con qué velos,
con qué tules
le secaste las lágrimas
cuando salían por tus ojos?
Si hay algo en mí,
que sea esa Esencia
no más eterna
que tu luna gitana
de torres de muerte
Que giman tus toros
en mi pecho
--carretera de tus corceles desbocados
en busca de su hembra.


TRILOGIA EN PUNTO FINAL

 ...I

Nos encontramos en la equis
siempre equidistante
Nos encontramos en el rectángulo que apresa
el nombre siempre fijo
de tu calle
Nos encontramos
en el umbral, dintel y boca
de tu puerta
Nos encontramos
en mis sueños de gaviotas
Nos encontramos
en tus manos abiertas
--último rincón de mi derrota.

...  II     

Se parte de cero
para llegar a cero
Me balanceo
--malabarista impenitente--­
en la cuerda floja
colgando de una varilla
de una sombrilla
de un cordón
de harina suelta
de almidón
Soy la hormiga vacilante
del biombo cóncavo
que cubre mi cabeza
Soy espiga de aire
Soy piel estirada de jabón
Soy el tacto
que no sientes en tus dedos
Soy la ausencia de tu carne
Soy la luz
que fracasa en tu mirada
Soy el vuelo que no emprendes
Soy el feto de tu sexo
Soy el yo atrapado en tu garganta
Soy tu cárcel sin barras
Soy la fuga que detienes
Soy el sol que nunca miras
Soy porque soy
Porque ya no soy en ti
un pedazo de carne destrozada

....III

Partir
una fuga inexistente
Ven, vienes, vamos:
voy
Te vas, te fuiste, te has ido:
me voy.





        POEMAS DE LA MUERTE

(Premio, concurso internacional, revista XILOTE, México, D. F., 1971)


..............
TRES  POEMAS


                         I

Pasa
el arquero de la noche
engarzando sueños
en los rotos aleros
de la luna
Cada raíz
de mis dientes
  --campana hueca—
se ensordece
con el rocío
de arenas muertas
Saetas marinas
recorren las venas
de mis huesos
rastreando el eco
de aquellos versos
Corazón de sed,
bomba y tic-tac:
estallido,
quejido,
retumbar
Ecos que vienen,
que se mueren,
que se van
Sabores de salitre
salitreando
las encías amargas, secas
La mano se me pierde
tanteando los espacios:
señalo
rastreo
busco
Los ojos ciegos,
mendigos de la noche,
devorados por las mandíbulas
del aire
Calor verdoso de estrellas:
Pasa
el arquero de la noche
engarzando sueños
en los rotos aleros
de la luna.

                         II

Cien mil
cuchilladas en la noche
Cien mil:
ni una más
Que se vuelquen
las carretas
en los caminos polvorientos:
que se vuelquen
Corazón
--estrella palpitante
que revienta en pulpa
aplastada
por los pesados pisones del Tiempo
Venas y arterias
dobladas con mansa languidez
de flores muertas
Que siga la aplanadora
su marcha implacable y lenta:
Que deje mi sangre rosada
dormirse en calles desiertas

                               III 

Cuando llegue la luna,
la tercera luna,
o la cuarta, o la de más allá
Cuando llegue la hora infinita,
la hora única,
la hora sorda,
la HORA
Cuando el pulso de los sueños
huya hacia la noche
y se esconda en una estrella
buscando el nervio tibio
y la brisa serena
Cuando llegue la hora
en que se sienta el no sentir
y las uñas, y el pelo, y los dedos
se repartan en mil barrigas
pequeñas e implacables
que se arrastren en la tierra húmeda
Cuando llegue la luna,
la tercera luna,
o la cuarta, o la de más allá
Cuando llegue la hora infinita,
la hora única,
la hora sorda,
la HORA
que huya el pulso de mis sueños
y se esconda en una estrella
buscando el nervio tibio
y la brisa serena.